Esta suerte de diario hace una semana, con el Decreto del Estado de Alarma. Pero en realidad la preocupación, las medidas y las decisiones empezaron antes. Quiero contarte qué hacemos durante estos días, compartir inquietudes, y explicarte qué medidas tomamos para sobrellevar la situación y conseguir que esta pequeña empresa sobreviva. Ojalá resulte útil de algún modo. Es mi máxima pretensión.
A veces necesitamos ayuda, y a veces consuelo. Las personas al frente de proyectos, de cualquier tipo, tienden a no pedirla. A veces es porque sienten que necesitan ser muy fuertes, porque si no, advierten que los que están a su lado podrían derrumbarse. A veces es porque piensan que nadie les puede comprender. Pero normalmente siempre hay alguien con una situación similar en la que poder consolarse.
Pedir ayuda no resta mérito. Te ayuda a comprender que eres humano y que es casi imposible ser infranqueable a los avatares de la vida. Y también, que el muro se construye con más de un ladrillo.
Yo soy muy de no pedir ayuda ni consejo, y he experimentado que a veces añade una carga innecesaria a la vida. Así que, encarando esta segunda semana, que ya empieza a mostrar como puede llegar a ser esto, si vas a necesitar ayuda, pídela por favor. No empieces a retroceder, busca esa persona que te de consuelo y te ayude a seguir, con la que te puedas desahogar. Pero de verdad.