Caminar es uno de los movimientos que el ser humano realiza de forma más natural. Cuando hablamos de comenzar a realizar deporte para mejorar nuestra salud, tendemos a pensar en grandes retos como correr largas distancias o duras sesiones de gimnasio y nos frustramos antes de tan siquiera intentarlo. Hacer actividad física no tiene por qué ser algo complicado y debe adaptarse a las condiciones de partida de cada persona. Caminar puede resultar una actividad muy beneficiosa y fácil de realizar para cualquier persona, sin suponer grandes esfuerzos.
Si tu forma física no es la mejor, te cuesta mucho realizar un deporte de intensidad, no tienes mucho tiempo o simplemente disfrutas caminando, esta puede ser tu actividad ideal. Calzarse las zapatillas y salir a dar una buena caminata todos los días puede ser la clave para mantenerte en forma y mejorar notablemente tu salud y la de tu piel. Además, es una actividad que no requiere un esfuerzo especial, apta para cualquier edad y que puede adecuarse a cualquier horario. Simplemente basta con aparcar un poco más el coche y comenzar por desplazarnos más a pie.
Caminar a diario de forma moderada tiene multitud de ventajas: ayuda a mantener nuestro peso ideal, reduce la hipertensión y el riesgo de enfermedad cardiovascular, mejora la postura y coordinación, fortalece los músculos de nuestro cuerpo (sobre todo del tren inferior y el tronco), reduce el riesgo de diabetes, mejora la capacidad respiratoria y ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
Además produce una serie de beneficios para nuestra piel, que se oxigena más, lo que hace que esté mucho más nutrida y elimine mejor las células muertas a través de los poros. También ayuda a la regeneración del colágeno y, por lo tanto, a que mantenga toda su elasticidad y firmeza. Si además tenemos en cuenta que la reducción del estrés previene su envejecimiento, salir a caminar y hacer un poco de ejercicio puede suponer que nuestra piel luzca más joven y saludable.
Para que caminar se convierta en un verdadero hábito saludable debes convertirlo en parte de tu rutina diaria y realizarlo de forma correcta y moderada. Para eso en Cosmethics os damos algunos consejos:
Planifica tu rutina: Intenta mantener una constancia diaria. Escoge una ropa de deporte cómoda y unas zapatillas adecuadas. Una mala pisada o un calzado que no sujeta ni soporta bien el pie pueden resultar nefastos para nuestra columna y articulaciones. Incluye en tu horario un espacio específico para salir a caminar. Tómalo como algo serio y oblígate a cumplir con ello. Sal a por zonas adecuadas para ello, sin mucho tráfico y con buen terreno. Caminar por espacios naturales también puede resultar muy agradable y relajante. Crea tus circuitos habituales. Llevar un seguimiento de tu actividad puede ayudar a motivarte: mide distancias y tiempos y verás como progresas.
Camina de forma adecuada: Debemos asegurarnos de tener una buena técnica postural y de movimiento. Lo ideal es llevar la cabeza erguida, mirando al frente y los hombros, cuello y espalda relajados. Lleva las manos sin tensión y deja que los brazos se balanceen suavemente a los lados, de forma correcta y sin forzar. El abdomen debe ir ligeramente recogido y la espalda recta, sin encorvarse hacia adelante ni hacia atrás. Si además nos concentramos en realizar una correcta respiración abdominal, ayudaremos a mejorar nuestro rendimiento, nuestro cuerpo se oxigenará mejor y resultará más relajante. Ah, y no olvides hidratarte bien, sobre todo si hace calor.
Mantén cierta intensidad: Los primeros 5-10 minutos son de calentamiento, debes caminar despacio y respirando lentamente. Poco a poco puedes incrementar la intensidad, el punto máximo lo marcas tú. Intenta mantener cierto ritmo, que puede ser desde caminar ligero, hasta mantener una velocidad a la que nos cuesta hablar. Camina un mínimo de 30 minutos entre 3 y 5 veces a la semana. Cuando termines tu sesión no olvides caminar despacio otros 5 minutos para volver a tu estado basal y estirar suavemente los músculos para evitar lesiones y contracturas.
Márcate unos objetivos realistas: Cada persona parte desde un punto determinado y las metas y objetivos no son los mismos para todo el mundo. Sé consciente de tus capacidades y adapta el ejercicio a ellas. Si mantienes una buena rutina enseguida notarás que ganas fondo y eso te pedirá más intensidad. Escucha tu cuerpo y adáptate a sus necesidades.
Como ves, hacer ejercicio y mantenerse en forma puede ser mucho más fácil de lo que a veces creemos. Ya sabes, ¡anímate y haz deporte!
Photo from: http://fitgirlsdiary.com/2014/05/23/best-non-machine-cardio-workouts/